sábado, 25 de julio de 2015

El reemplazo de trabajadores por robots y el caso Toyota

En los últimos tiempos mucho se ha hablado acerca del reemplazo de trabajadores humanos por robots en una gran cantidad de tareas.

La Universidad de Oxford publicó un estudio en el que se analizaron 702 ocupaciones de EE.UU., asignándoles a cada una un % que representa la posibilidad de automatización. Así, trabajos como oficial de créditos, recepcionista o vendedor minorista aparecen como los de mayor probabilidad, mientras que en el otro extremo, médicos y docentes figuran con muy bajo porcentaje.

Lo que se está verificando en la actualidad es que los avances en inteligencia artificial han permitido automatizar no sólo trabajos manuales, como ocurrió en la primera parte de la "revolución informática", sino en tareas que implican examinar grandes volúmenes de información.
También aparecen en riesgo los trabajos de conducción de vehículos, a partir de la implementación de vehículos autónomos.

Dos notas publicadas el año pasado en los diarios Clarín y La Nación hablan sobre este tema (http://www.ieco.clarin.com/economia/Socorro-maquina-aprendiendo-hacer-trabajo_0_1106889675.html y http://www.lanacion.com.ar/1728846-mi-jefe-es-un-robot-podra-la-inteligencia-artificial-reemplazar-a-los-ejecutivosmas-encumbrados-en-las-empresas).
En ellas se destacan los avances en inteligencia artificial, que pueden provocar quizá no la desaparición de los altos ejecutivos, pero sí un drástico cambio en las aptitudes que deben tener y en los roles que deberán ocupar, tendiendo a desaparecer los intuitivos por quienes se apoyen en big data.

Sin embargo, y a contramano de esta tendencia mundial, nada menos que Toyota, una empresa que se destaca por su gestión de procesos, está reemplazando robots por seres humanos. Esto puede parece ilógico, pero la empresa cree que de este modo los trabajadores "pueden desarrollar nuevas habilidades y encontrar maneras de mejorar las líneas de producción", e implica el retorno de los kami-sama, los maestros "capaces de hacer todo". La experiencia ha permitido mejorar tiempos de producción y disminuir desperdicios. Las notas completas publicadas en los diarios Clarín y La Nación pueden leerse en http://www.ieco.clarin.com/economia/Toyota-reemplazando-robots-seres-humanos_0_1123687994.html y http://www.lanacion.com.ar/1679637-toyota-reemplaza-a-robots-por-humanos-en-sus-fabricas.




domingo, 19 de julio de 2015

El costeo objetivo

El costeo objetivo o "target costing" tiene como finalidad establecer el nivel de costo en el que se debe incurrir para alcanzar un grado de rentabilidad pretendido.
No se trata, entonces, de determinar la magnitud de los costos alcanzados, o de estimar costos futuros, sino de establecer el costo admisible para lograr los objetivos planteados. Podmoguilnye apunta que para ello va a ser necesario tener un conocimiento profundo de las actividades que se realicen en la organización, por lo cual esta técnica se va a vincular estrechamente con la gestión basada en actividades y con el costeo basado en actividades (ver nota http://mundocostos.blogspot.com.ar/2015/06/el-costeo-basado-en-actividades.html) .

El surgimiento de esta técnica se debe a los profundos cambios producidos en prácticamente todos los mercados conocidos, abandonándose la posibilidad de determinar precios de venta en función de los propios costos, cobrando vital importancia el consumidor. Así, las empresas que no adecuan sus niveles de costos a los precios que el mercado establece dejan de ser competitivas y están condenadas a la desaparición. 

Pasos para la determinación del costo objetivo

  • Establecer el precio de venta objetivo
Si, como se dijo más arriba, el costeo objetivo será aquel que permita alcanzar un cierto nivel de rentabilidad, lo primero que se deberá hacer será establecer el precio de venta del producto. Esto implica analizar el mercado teniendo en cuenta la característica del producto que se quiere posicionar.

  • Establecer el nivel de rentabilidad a alcanzar (target profit)
El beneficio que la empresa espera obtener por cada producto estará estrechamente vinculado a sus objetivos estratégicos. 

  • Establecer el costo objetivo de los productos
Para calcular el costo objetivo, en primer lugar se debe determinar el costo alcanzable, que es aquel que se necesitaría para obtener el producto, en las circunstancias actuales de la empresa.
Puede que se trate de un producto actualmente en producción, en cuyo caso el costo alcanzable será el que resulte de ajustar su costo real con los programas de reducción de costos que pudieran plantearse, o que se trate de un producto nuevo,  por lo que el costo alcanzable tendrá características teóricas.

En cualquier caso, el costo objetivo deberá determinarse considerando por un lado el costo alcanzable, y por otro el costo que resulta de la diferencia entre precio de venta y margen deseado.
Ninguno de ellos (el costo alcanzable o el costo obtenido por diferencia) por sí solo puede considerarse un costo final, sino que deben compararse, y se debe tener en cuenta aspectos externos (mercado, posicionamiento deseado, características del producto, etc.). Esta etapa es sumamente crítica, y se debe lograr alinear a toda la organización detrás del objetivo establecido.

Bibliografía

Podmoguilnye, Marcelo. El costeo basado en actividades, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2004

Peralta, Jorge. La gestión empresarial y los costos, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2006