lunes, 14 de octubre de 2013

Factores a considerar en la selección de un sistema de costos

FACTORES A CONSIDERAR EN LA SELECCIÓN DE UN SISTEMA  DE COSTOS

Debido a las reiteradas consultas que hemos recibido respecto al sistema de costos más apropiado para una empresa u organización en general, presentamos a continuación un extracto del trabajo "Diseño de Sistemas de Costeo: Fundamentos teóricos" de Marysela Coromoto Morillo Moreno (*)
Entendemos que presenta una breve y clara reseña que permite facilitar la comprensión de los aspectos más importantes a considerar en la selección de un sistema de costos
Primero se exponen los diferentes tipos de sistemas de costos, para luego adentrarse a los factores a considerar en la selección de el o los sistemas de costos a diseñar e implementar en la organización.
A continuación su desarrollo.

Tipos de sistemas de costos

(*)…Existen sistemas de costeo los cuales han sido utilizados tradicionalmente como los sistemas por órdenes específicas y por procesos, sistemas históricos y predeterminados, sistemas variable y absorbente; éstos pueden ser combinados, rediseñados, complementados y/o adaptados a las necesidades y características específicas de cada organización.
A continuación se exponen breves conceptos de los mencionados sistemas.

Los sistemas por órdenes específicas son aquellos en los que se acumulan los costos de la producción de acuerdo a las especificaciones del cliente. De manera que los costos que demandan cada orden de trabajo se van acumulando para cada trabajo (Sinisterra, 1997), siendo el objeto de costos un grupo o lote de productos homogéneos o iguales, con las características que el cliente desea.

Los sistemas por proceso son aquellos donde los costos de producción se acumulan en las distintas   fases del proceso productivo, durante un lapso de tiempo. En cada fase se debe elaborar un informe de costos de producción, en el cual se reportan todos los costos incurridos durante un lapso de tiempo; los costos de producción serán traspasados de una fase a otra, junto con las unidades físicas del producto y el costo total de producción se halla al finalizar el proceso productivo – última fase -, por efecto acumulativo secuencial.

Los sistemas de costeo históricos, son los que acumulan costos de producción reales, es decir, costos pasados o incurridos; lo cual puede realizarse en cada una las órdenes de trabajo o en cada una de las fases del proceso productivo.
Los sistemas de costeo predeterminados, son los que funcionan a partir de costos calculados con anterioridad al proceso de fabricación, para ser comparados con los costos reales con el fin de verificar si lo incorporado a la producción ha sido utilizado eficientemente para un determinado nivel de producción, y tomar las medidas correctivas (Neuner, 1998).
Los sistemas de costeo absorbente son los que consideran y acumulan todos los costos de producción, tanto costos fijos (1) como costos variables (2), éstos son considerados como parte del valor de los productos elaborados, bajo la premisa que todos los costos son necesarios para fabricar un producto (Backer, 1997).

Los Sistemas de Costeo Variables son los que considera y acumula sólo los costos variables como parte de los costos de los productos elaborados, por cuanto los costos fijos sólo representan la capacidad para producir y vender independientemente que se fabrique (Backer, 1997).
Cuando las empresas se proponen a mejorar constantemente, en cuanto a productividad, reducción de costos y fabricación de bienes y servicios más atractivos y con ciclos de vida más cortos, los sistemas de costeo tradicionales se tornan obsoletos dado que los mismos se limitan a determinar correctamente el costo de los productos, para valorar inventarios, costear productos vendidos y calcular utilidades. Por ello se han desarrollado, en las últimas décadas, varios sistemas de costeo, como el costeo basado en actividades, sistemas de costos de calidad, costeo por objetivos, costeo kaizen, y el costeo backflus, los cuales acumulan los costos de tal manera que facilitan la adopción de medidas o acciones encaminados a la mejora continua y a la reducción de costos.

El sistema de costeo basado en actividades (ABC). Este sistema parte de la diferencia entre costos   directos y costos indirectos, relacionando los últimos con las actividades que se realizan en la empresa. Las actividades se plantean de tal forma que los costos indirectos aparecen como directos a las actividades, desde donde se les traslada a los productos (objeto de costos), según la cantidad de actividades consumidas por cada objeto de costos. De esta manera, el costo final esta conformado por los costos directos y por los costos asociados a ciertas actividades, consideradas como las que añaden valor a los productos (Sáez, 1997).

Los sistemas de costos de calidad son los que cuantifican financieramente los costos de calidad de la organización agrupados en costos de cumplimiento y de no cumplimiento, para facilitar a la gerencia la selección de niveles de calidad que minimicen los costos de la misma (Shank, 1998).
El costeo por objetivo es una técnica que parte de un precio meta y de un nivel de utilidad planeada, que determinan los costos en que debe incurrir la empresa por ofrecer dicho producto, costo meta (Costo meta = Precio meta – Utilidad deseada). De esta manera se intenta ofrecer un producto de calidad -satisfacción de las necesidades del cliente- y además ofrecer un precio que le asegure la demanda.

El costeo Kaizen es una técnica que plantea actividades para el mejoramiento de las actividades y la reducción de costos, incluyendo cambios en la forma en la cual la empresa manufactura sus productos, esto lo hace mediante la proyección de costos a partir de las mejoras propuestas, las cuales deben ser alcanzadas tal como un control presupuestal (Gayle, 1999).

El sistema de costeo backflus, es un sistema de contabilidad de costos condensado en el que no se registran los costos de producción incurridos a medida que la misma se traslada de una fase a otra, sino que los costos incurridos en los productos se registran cuando los mismos estén finalizados y/o vendidos (Gayle, 1999).


Consideraciones Iniciales  para el Diseño de un Sistema de Costeo

La acumulación y clasificación de costos de forma rutinaria, donde se tramitan miles de documentos por semanas, se convierte en una ardua tarea,  capaz de consumir gran cantidad de tiempo de muchas personas. Por ello es preciso que el sistema sea bien planificado, considerando aspectos como las características de producción, momento y tipo de información requerida, y la estructura orgánica de la empresa (García, 1996). El momento en que se desea la información, depende a su vez de los objetivos que pretende alcanzar el sistema, de las necesidades de control y del costo que se está dispuesto a incurrir,  por el diseño y funcionamiento del sistema de costos. 
  
A-   Características de Producción.  El primer aspecto se relaciona con las características o regímenes de producción de la empresa. Los procesos productivos suelen clasificarse de acuerdo a su continuidad en intermitente, serie,  y continuo; según la fluidez en lineal, paralelo, y selectivo (Polimeni, et al, 1994); y al número de productos elaborados en simples y compuestos.

Los procesos productivos intermitentes generan gran variedad de productos, de bajo volumen cada uno, los cuales pueden ser pedidos o proyectos únicos de gran escala.  Cada pedido tiene su propia secuencia y tiempo de tratamiento, demoras, y especificaciones; son de alta flexibilidad (Tawfik, 1987), generalmente pueden ser interrumpidos sin causar daño a las maquinarias o materias primas transformadas y frecuentemente se inician con la orden de especificaciones del
cliente, tal es el caso de las empresas constructoras, carpinterías, escritorios jurídicos, y otros.

Los procesos productivos en serie, generan productos en grandes cantidades, a intervalos regulares, y de escasa variedad (productos homogéneos) en relación con el volumen de producción de cada uno; son procesos altamente mecanizados o automatizados. Ejemplos: las fábricas de muebles, artefactos eléctricos y embotelladoras de refrescos.

Los procesos continuos, son procesos ininterrumpidos en el tiempo, los cuales se detienen por reparaciones o mantenimiento mayor, causando grandes pérdidas, además generan productos homogéneos, en grandes cantidades, y de forma automatizada como en el caso de las fábricas del vidrio, siderúrgicas, refinerías de petróleo y electrificadoras.

Partiendo de que los sistemas de costeo buscan determinar los costos unitarios de la producción o  servicio prestado, inicialmente, los procesos intermitentes requieren un sistema de Costeo por Órdenes Específicas; y los procesos continuos y en serie un sistema por Procesos.

La presencia de sistemas por órdenes específicas, en procesos intermitentes se justifica dado que el mismo es apto cuando los productos fabricados son identificables físicamente en todo momento como pertenecientes a un trabajo especial, de tal manera que puedan acumularse los costos correspondientes a cada uno.  Además como cada trabajo tiene su propia secuencia de producción, tiempo de ejecución, cantidad a producir, requerimiento de recursos (maquinarias, materias primas, trabajadores), y tal vez clientes distintos, es interesante para la gerencia conocer el costo asociado a cada trabajo.  Este sistema de costeo también se aplica cuando el tiempo requerido para terminar un trabajo es largo y el precio de venta depende estrechamente del costo, como en las empresas constructoras. 

El uso de Sistemas de Costeo por Procesos, en  procesos continuos y en serie, se justifica dada la homogeneidad del producto.  Como cada unidad de producto terminado demanda la misma cantidad de materiales, mano de obra, tiempo de procesamiento y esfuerzo, no es interesante conocer el costo de una unidad porque resultaría el mismo durante un periodo específico y sería ilógico realizar un seguimiento físico a cada uno; es más operativo y significativo, en estos casos, acumular los costos incurridos en cada subproceso durante un periodo (mes, semana, o año) y asignárselo a los productos, como costo promedio.  Además como los procesos continuos son indetenibles no es posible esperar a terminar todas las unidades para calcular el costo promedio de las mismas, este sistema permite realizar dicho cálculo al finalizar cada período aun cuando no se haya finalizado la producción, gracias a la aproximación del grado de avance o terminación. 

Debido a la gran diversidad de actividades de las organizaciones, es difícil definir a los procesos como intermitentes o continuos; los sistemas de costeo por procesos y por órdenes representan extremos, en realidad cada empresa diseña el sistema que se adapte a su procesamiento,  por ello existen sistemas híbridos denominados sistemas de costeo por operaciones o intermedio, los cuales son una mezcla de los sistemas por órdenes y por proceso, utilizado cuando se fabrican productos variados pero que pueden ser agrupados (lotificados); cada lote de productos utiliza materiales directos distintos pero con operaciones de procesamiento similares.  El sistema asigna los costos por materiales directos a cada lote como si fuese una orden de trabajo, mientras que los costos de mano de obra directa y costos indirectos son asignados, como en un sistemas por proceso, a cada unidad en promedio a medida que el lote pasa de un departamento u operación a otra (Gayle, 1999).

Continuando con la clasificación de los procesos productivos, se considera que un producto puede fluir por diferentes rutas hasta su terminación, los procesos productivos pueden ser paralelos donde los materiales se agregan en procesos, separados, independientes, los cuales se unen en procesos   finales. También pueden ser secuenciales, donde todas las partes o piezas de la unidad de producto fluyen a través de una secuencia lineal de departamentos y las materias primas se colocan en el primer proceso y/o en los sucesivos. Otros procesos se catalogan como selectivos, donde se fabrican productos derivados de una materia prima, originándose una producción conjunta: coproductos y subproductos, según el valor relativo de venta, son subprocesos independientes precedidos de un subproceso común (Polimeni, et al, 1994).

De acuerdo al número de productos elaborados los procesos simples, son aquellos de los Cuales se obtienen un sólo producto, resultado de procesos secuenciales o paralelos. De los procesos compuestos se obtienen varios productos, estos procesos pueden ser alternativos, acumulativos y paralelos. En los procesos alternativos, el incremento del volumen de producción de uno de los artículos obliga a reducir el nivel de otros; mientras que en los acumulativos al incrementar la producción de un artículo inevitablemente genera incremento de otros; en los procesos paralelos el volumen de producción de uno de los productos no afecta el volumen de los demás.

Los procesos productivos analizados desde el punto de vista del fluido físico, y del número de productos generados no exigen un sistema de costeo particular,  como los sistemas intermitentes y continuos, todos pueden adoptar sistemas  por órdenes o por proceso.  Sólo los sistemas selectivos y compuestos acumulativos ameritan  dentro de los sistemas de costeo el diseño de una forma de asignación de costos conjuntos a los diversos productos elaborados, dado que los procesos finales parten de procesos  comunes en los cuales no pueden identificarse y separarse físicamente los productos elaborados, hasta un punto de separación. Es el caso de una beneficiadora de aves, en la cual los costos de matanza, desplumaje, vicección y despresado (costos conjuntos) deben ser asignados a los diversos productos obtenidos (pollos enteros, mulos, pechuga, muslillos y otros) quienes continuaran por otros procesos (ahumado y marinado, envasado y transporte), de tal manera que los productos serán costeados con costos separables, de los últimos procesos, y con costos conjuntos asignados.

Existen varios métodos de asignación de costos conjuntos en función de bases, como lo son el método del número de unidades producidas (3),  valor de ventas (4),  valor neto realizable (5),  y otros,  los cuales antes de ser exactos son operativos, dadas las múltiples desventajas presentes en cada uno; por ello los costos conjuntos asignados no deben ser considerados para tomar decisiones de precios, eliminación o procesamiento adicional de productos, es estos casos sólo deben considerarse los costos de oportunidad, separables o incrementales.  

En los sistemas productivos compuestos alternativos, donde los costos de producción se pueden cuantificar fácilmente en el proceso más no con la unidad de producto, porque las  materias primas se transforman y finalmente se envasan en varias presentaciones de volumen, como en las procesadoras de alimentos y medicamentos; los sistemas de costeo deben contener  maneras para distribuir  los costos de los procesos anteriores al envasado, esto puede consistir en una fórmula de especificaciones técnicas en cuanto a la cantidad de materia prima utilizada y mano de obra, la cual deberá ser actualizada cuando cambien las técnicas de producción o características del producto (Pérez, 1996).     

B-   Tipo  de Información Requerida. Un sistema de costeo que realice una acumulación global de costos incurridos en el proceso productivo, reportará las utilidades y la rentabilidad de toda la empresa, de forma exacta y económica; sin embargo no informa que producto o servicio, genera la mayor rentabilidad, y cual genera pérdidas. En estas circunstancias no se puede realizar una asignación adecuada de los recursos disponibles y crear mezclas de productos para maximizar utilidades.  Por ello es inevitable que los sistemas de costeo realicen una acumulación y asignación de costos capaces de determinar los costos unitarios de cada tipo de producto o servicio.

Para las empresas que posean líneas de productos o servicios heterogéneos es recomendable un sistema por órdenes específicas o por operaciones, donde se calcule el costo de cada tipo de producto y por cada operación si se trata de un proceso complejo y extenso;  mientras que para las empresas  fabricantes de productos o prestadoras de servicios homogéneos o estandarizados, bastará un sistema por proceso para determinar el costo unitario promedio del producto por cada proceso o centro de costo.

En las fábricas de productos heterogéneos los sistemas de costeo tradicionales (6) asignan los costos directos de fabricación (7) a partir de las cantidades consumidas, y los costos indirectos de fabricación (8) a partir de bases relacionadas con el volumen; esta forma de asignación de costos indirectos introducen efectos distorsionantes en el costo de cada producto  y a su vez en la toma de decisiones, especialmente cuando el nivel de los costos indirectos es importante y no depende sólo del volumen de producción sino de múltiples causas.  En estos casos es recomendable adoptar un sistema de costeo basado en actividades (ABC) en el cual las actividades son el fundamento para la asignación de los costos a otros  objetos de  costos, (productos, servicios o clientes),  mediante el uso apropiado de factores relacionados con el origen de dichos costos.  El ABC surge para dar solución a las ineficiencias atribuidas a los sistemas de costos tradicionales, basado en la idea que los productos no son los consumidores de recursos sino de actividades; es decir, es un modelo cuyo objetivo es calcular costos más exactos y mejorar la eficiencia operativa, además de controlar los costos de cada producto en lugar de asignarlos de una  manera arbitraria, en función del volumen.

El sistema ABC no reemplaza a los sistemas tradicionales, forma parte de éstos al utilizar la información procesada por dichos sistemas,  dado que no altera los fundamentos en que se apoyan los mismos  (Molina, 2000).

Los sistemas de costeo tradicionales también se tornan obsoletos por la necesidad de las organizaciones de conocer el costo de calidad, o la falta de la misma.  Por ello cuando una organización requiere elevar los niveles de calidad de los productos y servicios ofrecidos, y de excelencia en todas sus dimensiones es recomendable implantar un sistema de costos de calidad para cuantificar los costos de cumplimiento y no cumplimiento; en este sistema se descubren costos ocultos o no considerados por ningún sistema tradicional, como ventas perdidas, costos de reprocesamiento (Shank, 1998).  Según   De La Torre y Martínez (1997) una vez  definidos  los costos  de  calidad   (prevención,  evaluación,  fallas  internas  y  externas), se recomiendan los siguientes pasos para el diseño y funcionamiento de sistemas de costos de calidad. En primer lugar cada sección debe definir los conceptos  a medir asociados a la calidad (cuentas incobrables, intereses moratorios, falta de pedidos,  evaluación de proveedores, etc.); segundo, se debe recolectar periódicamente   los conceptos definidos en cada una de las áreas con su respectivo parámetro de medición (horas, toneladas, porción de descuento, etc.), también se pueden recolectar datos de los registros contables; tercero, éstos datos deben ser valorados en unidades monetarias.

Por último se deben  elaborar reportes de calidad donde se muestren los costos asociados a la calidad en sus diversas categorías. Por otra parte, para fines internos se debe presentar información exacta, completa, oportuna, comprensible y sin distorsiones o distracciones,  para que la gerencia tome decisiones acertadas en menos tiempo.

Algunos de los costos fijos son hundidos (9) como en el caso de contratos de arrendamientos y depreciaciones; otros son inevitables e irrelevantes para tomar decisiones de eliminar o impulsar productos, para crear mezclas de productos, planificar el volumen de producción, fijar precios, descuentos y utilidades; por ello para las empresas que posean líneas de productos variadas y altos niveles de costos fijos, que deseen analizar constantemente la rentabilidad y conveniencia de fabricación de cada línea, es recomendable un  sistema de costeo variable en el que el valor de los inventarios de los productos no contengan costos fijos, permitiendo el cálculo del margen de contribución, el cual expresa la contribución de cada producto para cubrir costos fijos  y utilidades, a fin de eliminar o disminuir la producción del producto de menor margen de contribución, de ser estratégicamente conveniente, dado que el nivel de costos fijos continuará constante cualquiera sea el tipo y volumen de producto elaborado.

El sistema de costeo variable evita la asignación arbitraria de costos fijos a los productos elaborados, realizada tradicionalmente en función del volumen de producción (número de unidades elaboradas o la cantidad de horas trabajadas).  También evita otra distorsión como es el comportamiento de la utilidad frente a los ingresos; cuando se consideran los costos fijos como inventariables las utilidades no crecen en la misma proporción que los ingresos, y viceversa, por el efecto reductor que los inventarios finales ejercen sobre el costo de producción  y ventas.  
El sistema de costeo variable es compatible con los demás sistemas de costeo tradicionales.
    
En los sistemas por órdenes, operaciones y por procesos, se deben establecer una cuenta para registrar los costos de la fábrica clasificados como fijos, para ser considerados como costos del período o gastos y ser cancelados contra los resultados del período, como cualquier otra erogación nominal de egreso, y no ser asignado al costo de los productos elaborados.  En los sistemas por procesos, los costos fijos no deben incluirse en los informes elaborados por cada centro de costos, aun cuando sean incurridos directamente por el departamento o proceso, para no calcular costos de producción promedios con dichos costos fijos.  En los sistemas predeterminados, combinados con un sistema variable no se realiza predeterminación de costos fijos, aun cuando sean de fábrica, dado que los mismos no son aplicados a los inventarios; lógicamente tampoco existen desviaciones entre costos fijos predeterminados y reales.   


C-   Momento de Requerimiento de la Información y Necesidades de Control.  Cualquiera sea el sistema de costeo seleccionado, por órdenes, proceso u operaciones, variable o absorbente, debe responder al momento en que se calculan los costos, de acuerdo al grado de control  deseado por la gerencia de la empresa, definiéndose así los sistemas históricos y predeterminados.

Los sistemas de costeo predeterminados, dentro del cual se destacan los sistemas de costeo estándares,  son adecuados cuando la producción es de carácter repetitivo, cuyos trabajos o productos son homogéneos, en cuanto a características y tratamiento, porque en éstos sistemas de costeo se  deben calcular costos estándares por cada producto elaborado (diseño, tamaño, etc.), por cada elemento del costo de producción (materiales y mano de obra directa y costos indirectos), y por cada fase u operación realizada (Álvarez, et al, 1996).  Esta característica hace a los sistemas de costeo estándares compatibles con los sistemas de costeo por proceso, eliminando las complejidades de valoración de los inventarios iniciales de productos en proceso, realizado de acuerdo a los métodos promedios ponderados y primeros en entrar primeros en salir en los sistemas de costeo históricos  (Océano, 2001).  

Considerando que los sistemas de costeo funcionan como sistemas de control, o de información que permite supervisar o seguirle la pista a los distintos costos (investigación y desarrollo, producción y marketing); cuando las empresas requieren un sistema de control oportuno y efectivo, que evidencie ineficiencias, es adecuado establecer un sistema de costeo estándar. Dado que para fines de control los sistemas históricos permiten conocer la cantidad de costos exactamente incurridos, varios días después o una vez concluido el proceso productivo, y comparar los costos unitarios de los productos elaborados en distintos períodos económicos, pero no informan sobre la cuantía de recursos que debió usarse para alcanzar determinado nivel de actividad.  En cambio los sistemas de costeo estándar, sirven de punto de referencia o comparación, para establecer desviaciones e investigar las causas de las mismas, tomar medidas correctivas y mejorar así la eficiencia de la empresa. 

 Al considerar la estrategia diseñada en la empresa, el diseño del sistema de costeo, como sistema de control, debe ser coherente  con el propósito (formulación de misión duradera que distingue a la empresa identificando el mercado y producto) y a la forma como se desea competir; debe existir congruencia, dado que cada tipo de posicionamiento (cosecha, construcción y mantenimiento) y la forma de llegar (diferenciación y liderización en costos), implica un nivel de incertidumbre y de costos distintos (Shank, 1998).

Partiendo de que los sistemas de costeo predeterminados son utilizados como instrumento de planificación y control, facilitando el uso de presupuestos,  una empresa con propósito de cosecha (maximización de ganancias y efectivo en el corto plazo, explotando un mercado de bajo crecimiento, donde se  tiene alta participación) puede evaluar su desempeño mediante el uso del sistema de costeo predeterminado, porque el nivel de incertidumbre al planificar es moderado, al trabajar en mercados estables con productos, tecnologías, competidores y clientes conocidos. La evaluación puede hacerse en función del cumplimiento y desviaciones, del conocimiento de los resultados y de las acciones gerenciales realizadas, porque el resultado de las operaciones depende en buena medida de las acciones del gerente, al existir un mejor conocimiento de los efectos en condiciones de certeza que en incertidumbre.

Las empresas con propósito de construcción (misión que pretende incrementar la participación en mercados de alto crecimiento, sacrificando flujos de caja y ganancias de corto plazo,  utilizando grandes inversiones de capital) requieren evaluar en función de los objetivos alcanzados, dado que el presupuesto generado por el sistema de costeo es establecido con mucha incertidumbre y suele ser poco confiable, y las posibilidades de obtener los beneficios y posiciones proyectadas suelen ser muy volátiles al depender fuertemente de acciones de organizaciones externas (competidores,  clientes, canales de distribución etc). Para éstos negocios es interesante otros tipos de indicadores (financieros y no financieros) como los planteados por el sistema de costos de calidad.

Cuando una empresa se propone a crear ventajas competitivas a partir de diferenciación de productos (creación o presentación de un producto que el cliente perciba como exclusivo) presentan mayor grado de incertidumbre, dada la frecuente innovación de productos, que no han sido probados en el mercado, con otros canales de distribución, materias primas y consumidores, y la amplia gama líneas de productos que conllevan a una alta complejidad de operaciones, lo cual  disminuye el potencial de los presupuestos como herramienta de planificación y control, y dificulta el proceso de fijación de costos predeterminados. Contrariamente las empresas creadoras de ventajas mediante la liderización en costos (estrategia de minimización de costos respecto a los competidores, para lograr cosechar, construir, o mantener,  mediante la identificación y control de causales de costos), le es útil un sistema de costeo predeterminado, especialmente estándar, para el control y reducción de costos; además como éstas empresas realizan trabajos especializados y repetitivos, con mínimo esfuerzo, diversificación e incertidumbre,  tal estandarización permite mayor facilidad al fijar costos predeterminados y evaluar a través de presupuestos. 

Tradicionalmente se han usado los sistemas de costeo estándar como herramienta de control de costos, pero las deficiencias presentes  en el mismo y los cambios incorporados  por los procesos productivos automatizados han hecho que este sistema de costeo deba ser complementado por los enfoques desarrollados por el costeo por objetivo y el costeo kaizen.  El primero busca la reducción de costos en la etapa de investigación y desarrollo del producto, mediante el diseño de productos cuyo precio de venta es señalado por el mercado siendo entonces la alternativa reducir costos y/o beneficios; el segundo  busca reducir costos en el proceso de manufactura mediante mejoras específicas (prácticas, métodos, procesos, etc) diseñados por empleados de todos los niveles jerárquicos, los cuales son introducidos en el presupuesto que debe ser cumplido para reducir costos por debajo de los estándares fijados  por los sistemas de costeo predeterminados (Gayle, 1999).

Las empresas que desean liderizar en costos también se esfuerzan por minimizar sus inventarios, de hecho  la automatización ha dado la oportunidad de fabricar gran variedad de productos en sistemas productivos flexibles, adoptando la filosofía justo a tiempo (JAT). Esta filosofía también es usada por las empresas que desean competir  a partir de diferenciación, con productos de ciclo de vida corto  y con trabajos de talleres especializados. Cualquiera sea el caso, las empresas  que adopten la filosofía JAT deben modificar su sistema de costeo por un enfoque backflush o de costeo Hacia Atrás, dado que en el JAT  la valuación minuciosa de los inventarios mínimos o inexistentes resulta irrelevante (Gayle, 1999). 
Bajo el costeo backflush se simplifica el ciclo de la contabilidad de costos, se elimina el registro de la producción en proceso al disminuir el tiempo de procesamiento, dado que los productos una vez terminados son vendidos; en este sentido debería existir sólo el registro de compra de materiales en una cuenta control denominada inventario de materiales en proceso,  el uso del material se registra una vez terminada la producción, utilizando la cuenta de inventario de productos terminados; los costos de  mano de obra y los demás costos incurridos son acumulados temporalmente en una cuenta denominada costos de conversión, y una vez terminada la producción se registran los costos de conversión aplicados, e inmediatamente se cancela la cuenta de inventario de productos terminados contra el costo de producción y ventas, la cual recibirá  cualquier diferencia por  sub o sobre aplicación de costos de conversión.  En este sistema de costeo, muchos costos considerados indirectos en los sistemas tradicionales (manejo de materiales y reparaciones) son considerados directos, gracias a la estructura de celdas de los talleres organizados para fabricar cierto tipo y cantidad de producto; contrariamente diversas categorías de mano de obra directa disminuye por la automatización y se convierte en indirecta al ser multifuncional  (Hansen y Mowen, 1996).
Él sistema de Costeo Backflush costeo, según Horngren (1996), puede ser adoptado por aquellas empresas que desean un sistema de costeo sencillo, que no amerita un seguimiento detallado de cada uno de los costos incurridos en cada fase del proceso productivo, y para las empresas que presentan un nivel de inventarios mínimos.  Este sistema no suprime los sistemas tradicionales, sino  que se constituye como una aproximación al sistema por procesos, sin la necesidad de calcular la producción equivalente, por cuanto resulta ilógico seguir cada uno de los trabajos desarrollados en las celdas, siendo lo recomendable acumular los costos en cada celda durante un período y dividir el número de unidades fabricadas en la misma durante dicho período (Hansen y Mowen, 1996).  Este sistema también es compatible con los sistemas tradicionales históricos y predeterminados.

D-   Estructura Orgánica de la Empresa.  Cuando las empresas crecen y se diversifican, generalmente dividen el trabajo mediante la creación de secciones o unidades orgánicas, donde cada una funciona como centro de responsabilidad administrativa u operativa, con grados de autonomía o descentralización. Independientemente del grado de autonomía fijado se requiere medir el desempeño de cada una, siendo importante el uso de la contabilidad por áreas de responsabilidad, y específicamente de un sistema de acumulación de costos por centros de responsabilidad (conjunto de actividades u operaciones homogéneas, de las cuales se responsabiliza un supervisor).

El establecimiento de centros de costos facilita la identificación de actividades, la elaboración de presupuestos, y el análisis e investigación de variaciones, para el control de costos.  También facilitala evaluación del desempeño a través del método de rendimiento sobre la inversión, y margen   de sección, basados enormemente en los costos acumulados en cada centro (Gayle, 1999).  
Es importante para una empresa, que desee evaluar por áreas de responsabilidad, que loscostos se acumulen para cada sección, las cuales no deben estar necesariamente separadasfísicamente sino en cuanto a responsabilidades. Se debe establecer un centro recolector de costos para cada sección de la empresa, atendiendo al organigrama (niveles y secciones de mando), guía para la elaboración del catálogo de cuentas del sistema de costeo, puesto que cada uno debe corresponder a un centro de costos.   En una empresa existen numerosos centros de responsabilidad, clasificados como centro de costos de producción, donde se materializa la transformación física de las materias prima, identificados en los sistemas de costos por procesos,  por ejemplo en una textilera los procesos de hilandería, tejido, tintorería  y empaque.

Otro tipo de centro es el de servicios, el cual presta apoyo a los centros de producción para que éstos funcionen adecuadamente;  por ejemplo  almacén, personal, mantenimiento, etc. También existen centros mixtos donde se desarrollan actividades de transformación pero a la vez de apoyo como control de calidad (Pérez, 1996).
Los sistemas de costeo por órdenes, procesos, operaciones, absorbentes, variables, históricos y predeterminados, pueden acumular y registrar los costos por centros, de acuerdo a las dimensiones,   complejidad del proceso productivo y necesidades de control de la empresa, en los cuales se debe agrupar los costos de materiales y mano de obra  directa y costos indirectos incurridos.

En los sistemas de costeo por procesos los centros de costos de producción se constituyen en objetos de costos, en los cuales sólo se incurren en costos directos, aquellos que se cuantifican de forma económicamente factible en el centro, como materias primas, lubricantes y repuestos para maquinarias.  En los sistemas por órdenes los centros de producción generan tanto costos directos como indirectos, dado  que el objeto de costo lo constituye el producto o lote.  En ambos sistemas de costeo debe existir una cuenta de inventario de productos en proceso para cada centro de producción, y a su vez para cada orden de trabajo o lote, si se trata de un sistema por órdenes; en estas circunstancias los sistemas por órdenes diseñados por áreas de responsabilidades se transforman en sistemas  híbridos o por operaciones. Para cada centro de servicio, tanto en los sistemas por procesos como por órdenes, debe existir  una cuenta de costos indirectos, dado que en estos centros también incurren en costos directos respecto al mismo pero indirecto respeto a los centros de producción y a los productos. De acuerdo a los sistemas de costeo convencionales, los costos incurridos en los centros de servicio deberán ser adjudicados a los centros de producción para valorar las unidades de productos o trabajos que transitan por los mismos.


(1) Costos Fijos son los que permanecen constantes, durante cierto periodo, independiente de los
cambios presentados en el volumen de producción, como costos de arrendamiento y primas de
seguros.
(2) Costos variables son los que oscilan proporcionalmente durante cierto período frente a los cambios
presentados en el nivel de actividad, como los costos de materia prima, de combustible, y otros.

(3) Método de las unidades físicas:  método en el cual los costos conjuntos son asignados en proporción al número de unidades fabricadas de cada producto (Polimeni, 1998).

(4) Método del valor de venta:  método en el cual los costos conjuntos son asignados en proporción al valor de mercado de cada producto fabricado, en el punto de procesamiento en el cual los productos fabricados se separan físicamente, punto de separación (Polimeni, 1998).

(5) Método del valor neto realizable:  método en el cual los costos conjuntos son asignados en proporción al valor hipotético de mercado (aproximación del precio de venta en el punto de separación) de cada producto, dicho valor se calcula mediante la deducción de los costos de procesamiento adicional y de venta del valor de venta final (Polimeni, 1998).

(6) Sistemas de costeo tradicionales: sistemas encaminados a determinar correctamente el costo de los productos, valorar inventario, y calcular el costo de los productos vendidos, y así aportar información con fines externos, o a la contabilidad financiera (Rincón, 2000)

(7) Costos directos de fabricación:  costos de fácil y factible cuantificación o identificación con el producto elaborado u objeto de costos.

(8) Costos indirectos de fabricación: costos de difícil cuantificación o identificación con el producto elaborado u objeto de costos.

(9) Costos hundidos: costos que han ocurrido como resultado de una decisión pasada, son un tipo de costos irrelevantes, es decir, que permanecen inmutables sin importar el curso de acción que se tome  (Polimeni, 1998).

(*)- Morillo Moreno, Marysela Coromoto
Licenciada en Contaduría Pública y licenciada en Administración. Magíster en Administración.
Doctoranda en formación, empleo y desarrollo regional de la Universidad de La Laguna - España.
Profesora a dedicación exclusiva a nivel de agregado de la Facultad de Ciencias Económicas y
Sociales de la Universidad de los Andes (ULA). Coordinadora de la línea de investigación las ciencias
contables y financieras del centro de investigaciones y desarrollo empresarial de la ULA.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Lic. Fabián Cid




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lunes, 16 de septiembre de 2013

APLICACIONES DEL ANÁLISIS MARGINAL: ANÁLISIS SECTORIAL

En esta nota se analizarán algunas aplicaciones prácticas del análisis marginal, relacionadas con diferentes decisiones. Éstas son:

·         Fabricar o comprar
·         Venta masiva o al detalle
·         Venta en bruto o procesado
·         Selección de equipos alternativos


Fabricar o comprar

En este caso el empresario debe decidir entre adquirir un bien en el mercado o fabricarlo. Si lo adquiere, se tratará de un costo variable, y las cantidades a comprar dependerán de los niveles de actividad de la empresa. Si decide fabricarlo, deberá organizar un sector para tal fin, debiendo incurrir en costos variables (principalmente los insumos para la fabricación) y costos fijos (recursos humanos y amortización de equipos serían los conceptos más importantes).

CTA= ca*q
Costo total de adquisición = Costo unitario de adquisición * cantidad

CTF=cvf*q+CFF
Costo total de fabricación = Costo variable unitario de fabricación * cantidad + costo fijo de fabricación

Para que el análisis tenga sentido,

ca>cvf

De lo contrario, siempre será conveniente comprar el bien en el mercado en lugar de fabricarlo.
El punto de indiferencia de la decisión será:

Q = CFF/(ca - cvf)
 Por encima de Q convendrá fabricar.


Supongamos que la empresa analizar la fabricación de un artículo, para lo cual debe incurrir en  costos variables de $ 3 y costos fijos de $ 2850, mientras que si lo adquiere el precio de compra es de $ 4,50

El punto de equilibrio será igual a:

Q = CFF/(ca - cvf) = 2850 / (4,50-3) = 1900

Si la cantidad que se requiere es mayor a 1900 convendrá fabricar. 


Venta masiva o al detalle

La alternativa que se presenta aquí es vender en un mercado mayorista o hacerlo a nivel minorista, para lo cual va a ser preciso contar con una estructura propia de ventas. En este caso se incurrirán en costos variables (comisiones, costos de empaque, etc.) y fijos (sueldos, etc.), adicionales a los ya existentes en el sector productivo. En este caso, al análisis global de la empresa debe sumarse el específico de cada sector. 

Supongamos que la empresa produce un único artículo, con costos variables de $ 20 y tiene  $ 4000  de costos fijos. El precio de venta en el canal mayorista es de $ 45, por lo que el punto de equilibrio será igual a:

Q = CF / (pv – cv) = 4000 / (45 – 20) = 160

Al ingresar en el mercado minorista, se agregan $ 5 de costos variables  y $ 1400 de costos fijos, y el nuevo precio de venta alcanzará a $ 55.

El punto de equilibrio de la empresa será de:

Q = 5400 / (55 – 25) = 180

Sin embargo, si analizamos de manera individual a los sectores de producción y de comercialización tendremos los siguientes puntos de equilibrio sectoriales:

Q prod = CF / (pv – cv) = 4000 / (45 – 20) = 160
Como ya hemos analizado anteriormente, y

Qcom = 1400 / (55 – 45 – 5) = 280
En este caso, el precio de venta en el mercado mayorista es el precio al que el sector producción transfiere al sector comercialización, y representa para éste un costo variable, al que se suman los $ 5 que hemos visto más arriba.

En resumen, los puntos de equilibrio son:
Producción: 160 uds.
Comercialización: 280 uds.
Global: 180 uds.

Esto significa que, si la producción se ubica entre 160 y 180 unidades, la empresa obtendrá resultados positivos sólo si únicamente vende en el canal mayorista, mientras que si lo hace en el minorista registrará pérdidas. Si vende entre 180 y 280 unidades tendrá resultados positivos aún vendiendo en el mercado minorista, pero éstos serán inferiores a los que obtendría si permaneciera sólo en el mayorista, y si vende más de 280 unidades tendrá resultados mayores vendiendo en el canal minorista ya que el sector comercial comenzaría a ser superavitario.


Venta en bruto o procesado

Es un caso similar en cuanto al análisis al anterior.  Aquí la decisión es agregar o no un proceso posterior, obteniendo un producto con un grado de terminación diferente. Este producto tiene un precio de venta distinto, y costos variables y fijos adicionales.
También podemos calcular aquí el punto de equilibrio de la empresa
Q = CF / (pv – cv)

Y los puntos de equilibrio sectoriales

Qa  = CFa / (pva– cva)

Qb  = CFb / (pvb – cvb - pva)

El primero corresponde al punto de equilibrio luego del proceso productivo habitual de la empresa, y el segundo, al punto de equilibrio luego de agregar el nuevo proceso, obteniendo el producto b. Aquí, el precio luego del proceso anterior, a, es costo variable del nuevo producto, b.


Selección de equipos alternativos

Aquí se debe optar entre un equipo de menor costo de adquisición e inferior productividad o uno de mayor costo pero también mayor productividad. Al tener mayor productividad, generalmente asociada a una mejor tecnología, los costos variables generalmente son menores. Esto es esencial para el análisis, puesto que de no ser así el análisis no tendrá sentido.

Equipo A vs. Equipo B

Costos Fijos A > Costos Fijos B
costos variables a < costos variables b

El punto de indiferencia de la decisión será:

Q = (CFA – CFB) / (cvb – cva)


Si el nivel de producción supera a Q convendrá adquirir el equipo de mayor tecnología.


Bibliografía
Yardin, Amaro. El Análisis Marginal. Ediciones IAPUCO, Buenos Aires, 2009

Cr. Ricardo Warnecke Ariza



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sábado, 7 de septiembre de 2013

MICROCOSTOS - tercera entrega

Continuamos desarrollando la nota que denominamos MICROCOSTOS (la anterior publicada en el més de julio de este año), en la cual apuntamos a exponer los conceptos elementales para generar y utilizar información de costos en la gestión de microemprendimientos.


6-    Clasificación de costos: Existen varias clasificaciones de costos según el concepto por el cual los analicemos. La utilidad de las mismas tendrá relación con las características del microemprendimiento y de su utilidad en la toma de decisiones, la planificación y el control de las actividades que se llevan adelante para producir el bien y/o servicio. Pero entendemos que las de aplicación general en microemprendimientos serían las siguientes:
Según el agrupamiento funcional de los costos, considerando las diferentes áreas de la actividad. Mencionaremos algunos ejemplos de cada una.
- Costos de adquisición (incluye todas las erogaciones para disponer de los insumos y servicios necesarios para la producción de nuestro producto. Por ejemplo fletes para el traslado de los insumos, viajes para contactar y seleccionar proveedores, etc)
- Costos de producción (incluye los costos de producción propiamente dichos y los de prestación de servicios)
- Costos de comercialización (fletes para la entrega de productos, comisiones a vendedores, minoristas o mayoristas, promoción o publicidad de los productos, viajes para contactar y desarrollar clientes, etc)
- Costos de administración (servicios profesionales contables o de gestión)
- Costos de financiación (tasa de interés y trámites bancarios por la solicitud de préstamos)
- Costos de investigación y desarrollo de nuevos productos (erogaciones generadas por la elaboración de muestras de producción de nuevos productos)
Tener identificadas las erogaciones de costos bajo este criterio de agrupamiento por función a la cual pertenece, facilitaría el control de la gestión y sus costos en las diferentes actividades que se desarrollan en el micromeprendimiento.
Según la identificación con la unidad de costeo, la cual puede ser de identificación o relación directa o indirecta. Un costo por su naturaleza puede ser directo respecto a una unidad de costeo e indirecto respecto a otra. Si elegimos el producto como unidad de costeo, podemos decir que la materia prima es un costo directo y, los sueldos correspondientes a la supervisión de tareas, en el caso de producirse más de un producto, serían indirectos.
Costos directos
Son aquellos cuya relación con una unidad de costeo, por su naturaleza o funcionalidad, es clara e inequívoca, lo que permite su imputación a aquella en forma precisa con prescindencia de su comportamiento frente a cambios en los volúmenes de producción, previstos o reales.
Costos indirectos
Son aquellos que no pueden relacionarse o identificarse con una unidad de costeo, por su naturaleza o funcionalidad, en forma clara e inequívoca, lo que impide su imputación a aquella en forma inmediata o precisa, con prescindencia de su comportamiento ante cambios en los volúmenes de producción, previstos o reales.
Unidad de costeo: aquella en la cual se procura acumular costos, tal cual vimos en el punto 1, hace referencia a nuestro objeto de costeo
Tener identificadas las erogaciones de costos de acuerdo a su relación directa o indirecta con a la unidad u objeto de costeo, facilitará tomar decisiones  de precios, continuidad o discontinuidad de productos al poder analizar con mayor precisión su rentabilidad, tercerizar (contratar a proveedores) ciertos servicios u operaciones productivas, adquirir nuevas herramientas para la producción, evaluar la gestión de determinados procesos, operaciones de producción u otras actividades, etc.
Según el comportamiento ante cambios en los volúmenes de producción
Entendemos por volumen de producción a la cantidad de bienes o servicios producidos. Bajo este criterio podemos agrupar las erogaciones de costo en:
Costos variables
Son aquellos que en su cuantía total varían frente a cambios en el volumen de producción, siguiendo el mismo sentido de dichos cambios, a mayor producción mayor costo. Un ejemplo claro es el caso de la materia prima.
Costos fijos
Son aquellos que en su cuantía total permanecen constantes ante variaciones en el nivel de producción, por las características de los factores productivos que los generan o bien por razones de decisión o planeamiento.
Se pueden diferenciar dos tipos de costos fijos, cuya constancia o rigidez en el tiempo es distinta:
- Costos Fijos de capacidad o estructurales: representan la remuneración de aquellos factores productivos que condicionan o determinan la capacidad del ente de producción con prescindencia de su uso, previsto o real, y que permanecerán sin variación en tanto no se modifique la capacidad de producción. Necesariamente sus modificaciones requerirán de una decisión de inversión o desinversión. Ejemplos: depreciación del taller, de los equipos, de las instalaciones, los seguros, las tasas de alumbrado, barrido y limpieza, de servicio de agua corriente no medido, etc. Puede observarse que el volumen de operaciones puede variar desde cero hasta el máximo de uso total de la capacidad productiva, sin que ninguno de estos conceptos se altere.
- Costos Fijos de operación u operativos: son consecuencia de una decisión de uso de la capacidad de producción de la empresa, y se mantendrán constantes mientras no se modifique aquella decisión. Se producen solamente cuando el taller opera. Ejemplos: corresponden a esta categoría las retribuciones fijas, supervisores, dotación de personal de producción, de limpieza, y de vigilancia, cargas sociales, etc.
Tener identificadas las erogaciones de costos de acuerdo a como varían ante modificaciones en la cantidad de producción,  nos permitirá por ejemplo definir el lote o cantidad mínima a fabricar que resulte más conveniente de acuerdo al precio al que podemos vender los productos; cual sería nuestra capacidad total de producción o trabajo y como se modificaría nuestra estructura de costos al incorporar nuevas herramientas o equipos de producción, y cuál debería ser nuestra cantidad mínima a vender para cubrir el nuevo nivel de costos fijos, es decir cuál sería el punto de equilibrio en el que a partir de allí se comienzan a percibir ganancias; entre otros tantos análisis y usos concretos para la toma de decisiones de corto o de largo plazo.
Según los elementos que componen la unidad de costeo. Este criterio permite apreciar la aplicación de la totalidad de los fondos destinados a la obtención del producto o servicio, pudiendo analizar la posibilidad de disminuirlos o las causas que fijan a un costo en determinado valor. De manera genérica estos costos se subclasifican en costos de recursos materiales, costos de recursos humanos y otros costos (para la actividad industrial denominado carga fabril)
En la actividad industrial deben distinguirse las características propias de cada uno de los elementos que componen el costo de producción, en especial su comportamiento ante cambios en los volúmenes de actividad.
En principio, los elementos que integran el costo industrial pueden clasificarse en:
1. Materias Primas
2. Mano de obra
3. Carga fabril
1- MATERIAS PRIMAS
Esta denominación genérica es válida para todos los factores productivos (bienes), normalmente de comportamiento variable ante cambios en los volúmenes de producción, que son objeto de transformación, ya sea en sí mismos o mediante la combinación con otros como consecuencia de un proceso tecnológico dado.
La diferente importancia cualitativa entre la madera, la tapa de cristal, los tornillos y el barniz utilizados en la fabricación de una mesa no impide que todos estos elementos sean considerados materiales. Sin embargo, será diferente la forma en que se trate cada material por razones de valor propio de cada uno o de esfuerzo de identificación (relación costo-beneficio). Algunos, como la madera y la tapa de cristal, serán adecuadamente medidos o pesados con relación a cada unidad y
se tendrá en cuenta particularmente la racionalidad en su uso (desperdicios «normales» o aceptados conforme a especificaciones técnicas), con lo que merecerán la calificación de «directos».
Otros, como los tornillos y el barniz, pueden ser aplicados a cada unidad en términos globales mediante una alícuota predefinida, lo que los convierte en indirectos. Por ejemplo, los gramos de tornillos necesarios para el armado de un lote de mesas se aplicará a cada unidad como una relación: Costo total de tornillos/"cantidad de mesas". De igual manera se procederá con el barniz o
la cera en el proceso de barnizado o encerado. Los materiales en cualquier proceso de producción, siguiendo el sencillo ejemplo propuesto más arriba, pueden ser clasificados en directos o indirectos, siguiendo los principios de identificación expuestos. Los segundos suelen incluirse como "costos indirectos de fabricación" o bien tratarse de una manera intermedia en cuanto a su identificación con la "unidad de obra" o a la "unidad producto" como se ha ejemplificado más arriba.
El componente monetario de cada materia prima es su precio de mercado más todos los costos necesarios incurridos desde el momento de la decisión inicial de compra hasta el momento de su consumo en el Proceso de Producción.
Existen distintas etapas y actividades necesarias para lograr que una determinada materia prima se encuentre en condiciones de utilización en el momento de su requerimiento en el Proceso de Producción, por ejemplo:
-Requerimiento de materiales y determinación de necesidades de compra.
-Proceso de compra propiamente dicha (cotización, orden de compra, etc.).
-Traslado de los materiales.
-Recepción, control y despacho para consumo de los materiales.
-Almacenaje y control de stocks.
Cada una de estas actividades implican, un costo específico vinculable con las unidades compradas de cada materia prima. Por lo tanto, para la determinación del «componente monetario» de la materia prima debe adicionársele a su precio de mercado los costos vinculados necesarios para su disponibilidad en el momento oportuno.
Vale aclarar que lo dicho hasta aquí en términos genéricos, es aplicable a todos los materiales necesarios para la obtención del nivel de producción planeado. Ello supone una serie de dificultades, que habrá que explicitar y resolver, toda vez que los costos vinculados con la adquisición y almacenaje resulten comunes a varias materias primas (como por otra parte habitualmente ocurre).
El componente monetario de cada materia prima es igual al precio de mercado más el costo unitario de adquisición y almacenaje.
Luego de asumir éste procedimiento como el más lógico, en el marco del concepto de relatividad del costo, se plantean otras técnicas alternativas usuales como por ejemplo, la consideración sólo del precio de mercado (sin aditamentos) como el «componente monetario» de la materia prima y, a los costos vinculados con su adquisición y almacenaje se los considera como elementos integrantes de la carga fabril.
En resumen, el «componente monetario» de cada materia prima es el valor unitario que se asume que ella tiene en el momento de su consumo y no en el momento de su adquisición, admitiendo que existen criterios técnicos diferentes y alternativos.
El componente físico de cada materia prima es la cantidad necesaria consumida por cada unidad de producto obtenido.
Toda relación física entre cantidades de recurso insumido y cantidades de objetivo logrado es esencialmente una relación de eficiencia. Por lo tanto, el componente físico es, en esencia, una relación de eficiencia. Esta relación de eficiencia es conocida en la actividad industrial como rendimiento (unidades de materia prima necesarias para la obtención de una unidad de producto).
2- MANO DE OBRA
La «mano de obra» abarca todos los costos inherentes o resultantes del empleo de trabajadores en relación de dependencia. Nos referiremos ahora al trabajo remunerado susceptible de ser relacionado con una unidad de costeo determinada, se denomina particularmente mano de obra directa.
A diferencia de los materiales, la mano de obra -sea directa o indirecta- es un elemento «no stockeable», es decir, que su momento de adquisición resulta coincidente con el momento de su aplicación o uso en el Proceso de Producción. Esta circunstancia evita los problemas observados en la Materia Prima referidos a los costos vinculados de adquisición y almacenaje. En cambio, plantea otras dos particularidades que será necesario observar a la hora de determinar su costo:
Existen costos vinculados con la relación laboral y;
Se trata, habitualmente, de un elemento de adquisición comprometida.
Lo primero se refiere a las denominadas «Cargas Sociales» y va a afectar la determinación del componente monetario de la mano de obra. Lo segundo significa que la empresa, a través de la relación laboral, se obliga a «comprar» una determinada cantidad de «tiempo de presencia» (por día o mes) a cada uno de los integrantes de su dotación de personal. Con el límite máximo que marca la jornada normal (y en situaciones normales), dicha cantidad de «tiempo de presencia» a comprar está definida por el empleado y no por la empresa.
Lo que sí decide la empresa es la cantidad del «tiempo de presencia» de sus empleados que aplica al Proceso Productivo, dicho de otra forma, puede decidir cuanto del «tiempo de presencia» aprovecha como «tiempo productivo».
Como se planteó en el tema de la Materia Prima, también aquí existe una relación física dada entre la cantidad de tiempo productivo de mano de obra directa consumida en el Proceso Productivo y las unidades de producto obtenidas. Esta relación física implica una relación de eficiencia, rendimiento, fundamental ante la determinación del componente físico de éste elemento.
El componente monetario de la Mano de Obra Directa es el precio de mercado (tarifa por unidad de tiempo de presencia) más todos los costos vinculados con la relación laboral (cargas sociales), «convertido» a términos de unidad de «tiempo productivo» a través de una «relación de aprovechamiento» normal. Se entiende por «precio de mercado» a la tarifa horaria, jornal o mensual que el convenio (colectivo o no) ha fijado para remunerar el «tiempo de presencia» del obrero.
Los costos vinculados con la relación laboral -»Cargas Sociales»- son aquellos desembolsos (presentes o futuros) a los que está obligada la empresa, cuyo beneficiario (directo o indirecto) es el operario, sin que exista por parte de este una contraprestación efectiva en términos de «tiempo de presencia».
Se ubican dentro de esta definición de Cargas Sociales conceptos como, aportes patronales jubilatorios y para obras sociales y, eventualmente, otros cuyos montos resultan ser un porcentaje directo sobre los haberes brutos liquidados y que reciben la denominación de «Cargas Sociales Directas».
También encontramos conceptos del tipo:
-Licencia por vacaciones. -Feriados pagos. -Licencias por enfermedad y otras -Sueldo anual complementario.
En estos conceptos la empresa paga «tiempos» no trabajados, se los denomina «Cargas Sociales Derivadas» y, a los efectos de calcular su incidencia sobre la tarifa de convenio es necesario estimar el porcentaje que cada concepto representa sobre las remuneraciones a pagar por «tiempo de presencia» durante un determinado período (normalmente un año). En éste caso habrá que tener
en cuenta que los montos a liquidar por estos conceptos están también afectados por las Cargas Sociales Directas.
La normativa legal impone a la empresa la necesidad de remunerar de un modo particular los tiempos trabajados fuera de la jornada normal. Concretamente las horas extras, horas nocturnas, etc.. Habitualmente este tipo de horas especiales se remuneran aplicando un «plus» porcentual a la tarifa de convenio (50 %, 100 %, etc.).
Cuando se verifica este tipo de casos resulta necesario trabajar con tarifas de convenio «ajustadas», esto es, tarifas corregidas ponderando la incidencia global según la proporción de horas especiales y sus respectivos «plus» adicionales. Por ejemplo: si los operarios trabajan jornadas de 9 horas, 8 de las cuales son normales y una extra con el 50% de «plus», entonces la tarifa «ajustada » será igual a la tarifa de convenio más un 5,5% (1/9 * 0.5).
La tarifa de convenio («ajustada» en su caso) más el porcentaje de Cargas Sociales (directas y derivadas) definen el «precio de mercado» del elemento Mano de Obra. Es decir, el precio que se paga por lo que se compra («tiempo de presencia»). Sin embargo, de acuerdo al esquema planteado es necesario conocer el «componente monetario» o precio que se paga por lo que se usa en el
Proceso de Producción («tiempo productivo»). Para determinarlo es necesario «convertir» aquel precio de mercado a través de un factor que podría denominarse «relación de aprovechamiento» y no es otra cosa que la inversa de la cantidad de «tiempo normal productivo» por unidad de «tiempo de presencia» adquirido o, más directamente, el «tiempo de presencia» comprado dividido por el "tiempo productivo» normal aprovechado.
«R.A.» = «Tiempo Presencia» / «Tiempo Productivo"
Por ejemplo: si en una jornada legal de 8 horas es normal que se trabajen productivamente 6,8 horas (como consecuencia de tiempos perdidos por refrigerio, ingreso, egreso, otras paradas, etc.) la Relación de Aprovechamiento sería 1,1765 (8,0 % 6,8).
Así como cada Materia Prima utilizada en el proceso tiene su componente monetario, cada categoría de operario y cada área productiva tendrá su correspondiente «tarifa productiva».
3- CARGA FABRIL
En general se incluyen dentro de este concepto genérico aquellos costos que son, por su naturaleza y características, indirectos respecto de la unidad producto pero, sin los cuales sería imposible la realización de la producción. Debe hacerse notar que en ciertos casos también se incluyen dentro de este agrupamiento ciertos costos que por una relación costo- beneficio, no es ventajoso relacionarlos con la «unidad producto»; tal es el caso de ciertos materiales.
Estos costos sin que la enumeración sea exhaustiva pueden agruparse en:
Materiales (Variables o fijos según el caso):
-Indirectos de producción
-Suministros
-Repuestos
-Lubricantes
-Combustibles
Trabajo asalariado (Labor) (Generalmente fijos):
-Mano de obra indirecta
-Supervisión
-Dirección o gerencia fabril
-Personal administrativo o de control
Otros costos: (Generalmente variables):
-Fuerza motriz
Otros costos: (Generalmente fijos):
-Energía eléctrica (iluminación)
-Alquileres
-Depreciación (según el criterio de depreciación)
-Tasas de servicios (vinculados con la actividad fabril)
-Impuestos (vinculados con la propiedad inmueble que graven la actividad fabril directa o indirectamente)
-Reparaciones efectuadas por terceros
-Seguros (sobre activos fijos vinculados con la producción fabril y sobre inventarios)
-Honorarios (por actividades vinculadas con la actividad fabril)
-Regalías (según el tipo o amplitud de las licencias)
-Ropa de trabajo
-Materiales de limpieza
-Vigilancia y seguridad por terceros
-Reprocesos (según el tratamiento que se resuelva darles)
En el costeo integral (aún utilizando el método de costeo histórico para los materiales directos y la mano de obra directa) para el tratamiento de la carga fabril siempre existe una etapa previa de presupuestación y determinación de la base sobre la cual se efectuará la misma y que se utilizará para transferir esta carga fabril predeterminada al costo de la producción.
Correlativamente deberá registrarse y «controlarse» la ocurrencia real de los costos predeterminados para poder analizar los «desvíos» ocurridos que podrán estar originados en dos circunstancias: desvíos en el componente físico o real y desvíos en el componente monetario (desvío presupuestario propiamente dicho). Con respecto al tratamiento de estos desvíos existen opciones diferentes
según el origen de los mismos y la política que adopte la empresa para su tratamiento.
Proceso de acumulación de costos
Cada resultado productivo (final o intermedio) puede constituir una unidad de costeo: elemento sobre el cual se puede concentrar o acumular los costos de los factores sacrificados para su obtención.
Por ejemplo, las funciones de almacenamiento de materias primas y productos terminados y de mantenimiento de los equipos productivos, pueden ser una unidad de costeo, aún cuando no representan esas funciones el objetivo principal y último de la empresa.
Centro de costos: conjunto de acciones orientadas a la obtención de un resultado productivo concreto y determinado. Ejemplo: proceso productivo de confección de sacos (corte, confección, plancha,terminado, almacenamiento, mantenimiento, etc.)
Unidad producto o unidad de obra: es la unidad de resultado productivo obtenido en un Centro de Costos. Ejemplo: partes del saco cortadas, saco confeccionado, saco planchado, saco terminado,etc.
Ambos elementos, centro de costos o unidad producto (final o intermedia) pueden constituirse en unidades costeo o portadores de costos. Por lo tanto, un centro de costos puede ser en sí mismo una unidad de costeo pero, es a su vez, contenedor de otras unidades de costeo: las unidades de producto obtenidos en él.
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FUENTE BIBLIOGRAFICA: Guía de Costos Industriales – Dirección Genreal de Industria y Comercio Exterior de la Secretaría de Desarrollo Económico del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires  -Noviembre 2002
Lic.Fabián Cid