lunes, 14 de abril de 2014

Análisis de costos en la industria láctea

A propósito de un comentario recibido en el blog, presentamos un resumen un trabajo del profesor Enrique Cartier, reconocido especialista en la materia sobre el tema de referencia.

 Características generales de la Industria Láctea

A los fines del presente trabajo, identificaremos como “industria láctea” al eslabón de la cadena agroalimentaria que transforma leche bovina cruda en productos lácteos.  Aunque algunos de estos poseen características de bienes intermedios (utilizados como materias primas en otras industrias), preponderantemente, los productos lácteos son bienes finales de consumo que se comercializan a través de diferentes canales de venta (mayorista, minorista, supermercados, exportación, etc.).

Las características de cada producto lácteo resultan diversas entre sí, aunque todos ellos comparten la condición de estar obtenidos a partir de la materia prima leche bovina o de algún derivado de esta.

Las “líneas” en las que habitualmente se agrupan los diversos productos lácteos son:
-          Leches Fluidas
-          Leches en Polvos
-          Quesos
-          Cremas y Mantecas
-          Yogures y Postres
-          Dulces de Leche
-          Otros productos lácteos

Flujo de productos

La “fase I” concentra las actividades que tienen a la materia prima básica como objeto de tratamiento y apuntan a: 
-          recolectar la leche cruda de los tambos remitentes,
-          recepcionar la leche cruda en planta, controlar su composición y almacenarla,
-          preparar la leche cruda conforme a los requerimientos de cada producto específico a elaborar

La “fase II” está vinculada con las actividades desarrolladas en las diferentes plantas de productos genéricos para trasformar las leches preparadas en productos específicos.

Finalmente, la “fase III” está referida a las actividades cuyo objetivo es colocar los productos específicos obtenidos en los diferentes canales comerciales.

Costeo. Tratamiento de la Materia Prima.

Si bien todos los productos lácteos tienen a la leche como materia prima, prácticamente ninguno de ellos la utiliza, exactamente, con la composición con la que la que se adquiere (tal como la entregan los tambos). Por el contrario, cada producto específico demanda una determinada composición de los contenidos de sólidos para poder ser obtenido en las condiciones definidas. Por tal razón, es que se requiere de un proceso de preparación de la misma, a los efectos de su adaptación a cada producto.
Balance de Masas.

Como quedó dicho, es en la etapa de “estandarización” (…) en la que se procede a realizar la adaptación de la leche a las particulares características demandas por el producto final a elaborar, las que -en principio- están referidos a los contenidos de grasa butirosa (tenor graso) de los mismos. Así, por ejemplo, el producto “leche fluida entera ultra pasteurizada” requiere una materia prima con un tenor graso del 3%, en cambio, el producto “leche fluida parcialmente descremada ultra pasteurizada” necesita como materia prima leche con un tenor graso del 1,5% (en ambos casos, corresponden a exigencias del código alimentario argentino).   

El proceso de “estandarización” permite obtener leche con el contenido graso deseado, extrayendo de un volumen determinado de leche en las condiciones de adquisición (por ejemplo con un tenor graso del 3,5%) la cantidad de grasa butirosa necesaria para lograr tal fin (por ejemplo, leche preparada al 3% o al 1,5%). Esto es técnicamente posible, debido a que, en este proceso, el total de los litros de leche “originales” se desdoblan en dos leches “preparadas”: una con el tenor graso requerido por el producto a elaborar (3%, 1,5% u otros tenores) y otra -genéricamente llamada crema- con un tenor graso más alto (43%, por ejemplo).

Obviamente, los litros de leche “original” ingresadas para su estandarización -netos de las mermas de proceso- quedan desdoblados, por una parte, en los litros de “leche preparada” y, por otra parte, en los litros de “crema”. Pero este desdoblamiento de los litros responde a una ecuación determinada o “balance de masas”, que expresa:
siendo:                        “A”, cantidad de litros de leche a estandarizar,
                        “B”, cantidad de litros de leche estandarizada,
                        “C”, cantidad de litros de crema
                        “Xa”, tenor graso de la leche a estandarizar,
                        “Xb”, tenor graso deseado de la leche estandarizada,
                        “Xc”, tenor graso deseado de la crema

y asumiendo que                “A” =  “B”  +  “C”       

resulta que:                                       
                                               B =  A  *   (Xc - Xa)              
                                                                (Xc  - Xb)
y que                                     
                                               C =  A  *   (Xa - Xb)
                                                                (Xc  - Xb)

Resulta obvio que el carácter de “múltiple conexo” que posee este proceso productivo (al que se hizo referencia en el acápite 3) se lo otorga esta ineludible circunstancia técnica que impone la aparición de más de un producto (intermedios, en este caso).

4.2. Impacto sobre la asignación del costo de la materia prima a los productos.

De lo anterior puede concluirse en que, si bien la industria compra la materia prima básica en términos de “litros A”, usa como materias primas específicas para sus productos finales, “litros B”, o bien, “litros C”; y que los litros disponibles de “B” y de “C” resultan de una relación técnica dada y dependen de variables tales como sus respectivos tenores grasos y el de la leche “original” adquirida.

Aquí aparece un problema clave para el costeo de los productos lácteos, el que se resume en la siguiente cuestión: la materia prima básica que compra y paga la industria no se corresponde con la materia prima específica utilizada para la elaboración de sus productos. Entonces: ¿cuál debe ser el costo asignado a la materia prima específica de cada producto? 

Seguramente, esta cuestión merecería un análisis que -nuevamente- excede las posibilidades del  trabajo. Solo digamos que la pregunta ha sido (y es) respondida de diferentes maneras, siendo los modos más frecuentes:
1. Utilizar el precio unitario pagado por litro “A” para asignar el costo tanto de la leche “B” y “C” a los productos, ignorando la diferencia de composición entre todas ellas.
2. Considerar a las leches “B” como productos principales del proceso de “estandarización” y a las cremas (leches “C”) como subproductos, y descontar los ingresos generados por estos subproductos del costo de adquisición total de los leche “A”, asignando el neto como costo de las leches “B”.
3. Utilizar el precio unitario por kilo de grasa butirosa (KGB) contenido en la leche comprada, asignando su costo proporcionalmente a los contenidos grasos de las leches “B” y “C”, teniendo en cuenta que los volúmenes de unas y otras son variables dependientes de dichos tenores.

Propuesta superadora para la asignación del costo de la materia prima.

Existe una razón común que explica la inconsistencia de las metodologías tradicionalmente usadas para asignar costo de la materia prima a los productos lácteos: todas soslayan -si es que no omiten-  analizar la realidad de los procesos productivos que en ellas se desarrollan. En efecto, de su correcto análisis surge que los flujos productivos apuntan siempre tratar de diferente manera los sólidos contenidos en la materia prima con la finalidad de obtener los distintos productos.

Dicho de otro modo, si todos los productos lácteos tienen en común una única y remota materia prima (la leche cruda entregada por los tambos), lo que los diferencia es el resultado del tratamiento dado a los contenidos sólidos (tanto grasos como no grasos) a lo largo de todos los procesos que componen el flujo principal de su producción.

Todo esto abona la idea que el criterio correcto para asignar el costo de la materia prima a los productos debe contemplar como variable de asignación los sólidos contenidos en las leches preparadas para su elaboración y, por extensión, en las unidades de producto final que de ellas se obtengan.   

Así, utilizar el precio unitario por kilo de sólido total (KST) contenido en la leche comprada, asignando su costo proporcionalmente a los contenidos de sólidos totales de las leches “B” y “C”, entrega resultados perfectamente utilizables para la toma de decisiones de conveniencia-

CARTIER, ENRIQUE. - INDUSTRIA LÁCTEA. ANALISIS DE SUS PROCESOS DE PRODUCCIÓN CON FINES DE COSTEO. III Congreso de Costos del Mercosur, Colonia, Uruguar, 2006.

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