Una sencilla hoja de ruta para ordenar la implementación de un sistema de costos en una clínica o sanatorio
Clasificar costos en fijos y variables. Obtener estado de resultados con los costos separados en fijos y variables permite saber cuál es la contribución marginal que genera la actividad, y cuánto es lo que se debe obtener para solventar los costos fijos.
Obtener información sobre la cartera de financiadores. Conocer cuáles son los ingresos, agrupados de acuerdo al tipo de pacientes: ambulatorios, por guardia o internados. Adicionalmente agregar información estadística (n° de consultas, n° de paciente día) de cada cliente, y obtener los ratios: ingreso medio por consulta programada o por guardia, ingreso medio por paciente día.
Asignar costos por área de responsabilidad. Crear centros de costos y trabajar sobre los circuitos de información para que tengan la apertura necesaria a fin de registrar los costos de cada centro (RRHH, Farmacia, etc.).
Determinar los costos unitarios de cada centro de costos, estableciendo la o las unidades de medida de cada uno de ellos.
Determinar costos por paciente. Es necesario conocer qué prestaciones se realizan a cada paciente, por lo cual va a ser necesario obtener esta información previamente. El costo de cada internación será la sumatoria de costos prestacionales del paciente, que surgen de multiplicar el n° de prestaciones por su costo (obtenido en 4.).
Un estudio revela que los rindes pueden variar hasta un 40 por ciento por decisiones agronómicas.
Las decisiones de manejo suelen tener una enorme incidencia en los resultados de cada campaña. Según un estudio reciente, las diferencias en el rinde pueden ser de hasta un 40 %.
Unidades de Agronomía es un programa de seguimiento de cultivos de maíz y soja en una superficie de 3,5 millones de hectáreas repartidas entre el NEA, NOA y centro de Córdoba. El proyecto se puso en marcha por iniciativa de las empresas Aceitera General Deheza y Yara, y cuenta con el procesamiento y análisis de datos del equipo técnico de Cultivar Conocimiento Agropecuario bajo la dirección de Emilio Satorre.
El estudio se basa en una amplia muestra de casos reales, con un riguroso registro de las prácticas agrícolas empleadas y sus respectivos resultados. Para eso se delimitaron siete Unidades de Agronomía de 500.000 hectáreas cada una, que fueron divididas en cubos de 10.000 hectáreas y de cada cubo se tomaron “productores testimonio” que recibieron un seguimiento minucioso.
Tras dos campañas y cerca de mil lotes relevados, el análisis ya ofrece algunas conclusiones preliminares. El relevamiento muestra un proceso de deterioro de la fertilidad de los suelos, con bajos niveles de fósforo extractable y de algunos micronutrientes como Zinc y Boro, mientras que otros como Magnesio presentan desequilibrios. En los cultivos de soja se observan pobres o nulas prácticas de fertilización y, en maíz, mayor proporción de aplicación de fósforo que de nitrógeno e insignificantes niveles de uso de otros nutrientes.
En cuanto a la identificación de factores limitantes se observa que casi el 70% de la variabilidad de los resultados en maíz en Córdoba tiene una fuerte relación con las decisiones técnicas tomadas en materia de implantación y fertilización. En este sentido, cabe señalar que la respuesta del rendimiento del cultivo a la fertilización con nitrógeno fue en promedio de 1.700 kilos por hectárea.
En soja, en cambio, el 70% de la variabilidad de los resultados está asociada a decisiones técnicas vinculadas a la genética y fecha de siembra.
Otros datos interesantes del cultivo de maíz en la región Centro son que son frecuentes los rendimientos promedio de 9500 kilos por hectárea cuando se alcanzan niveles de nitrógeno cercanos a 140 kilos por hectárea y que en fósforo se obtienen respuestas medias de hasta 47 kilos por hectárea ante la aplicación de fuentes fosfatadas por debajo de niveles de 25 partes por millón de fósforo alcanzado.
“El estudio muestra que en los últimos años los productores aprendieron mucho de plagas y malezas. En cambio aún hay mucho camino que recorrer en cuestiones de implantación de cultivo y fertilidad”, señala Esteban Tronfi, gerente de Agroinsumos y Servicios Tecnológicos de Aceitera General Deheza.
El relevamiento muestra un proceso de deterioro de la fertilidad de los suelos
Sólo los contenidos salvarán a las marcas de los adblockers
En un escenario en el que los usuarios escapan de la publicidad invasiva, las marcas deben generar acciones de marketing relevantes que les hagan sentir a los consumidores que si huyen de los avisos se están perdiendo algo interesante.
En la era digital, los consumidores aumentan su poder. La última alarma que se encendió para las marcas es la difusión de los adblockers , los filtros que los usuarios aplican en la Web para huir de las publicidades. Frente a eso, la respuesta de la industria es apostar a los contenidos para hacerles sentir a los consumidores que si evitan los comerciales se pierden algo valioso.
Un ejemplo de la generación de contenidos lo está llevando adelante la serie de Netflix House of Cards (HOC), con la campaña promocional de la cuarta temporada que está online desde el 4 de marzo. La agencia local Circus diseñó la estrategia de HOC para Argentina y convirtió así a Frank Underwood, el presidente ficticio encarnado por Kevin Spacey, en un par de los mandatarios reales. Underwood se comunicó por Twitter con el ex presidente provisional Federico Pinedo y hasta con el propio Mauricio Macri y logró un alto impacto en las redes sociales.
Un estudio de la agencia estratégica de mobile Kickads detalla que aunque el 90% de los usuarios declara que instala bloqueadores de banners para evitar las publicidades intrusivas, un 50% en realidad lo hace para mejorar el tiempo de descarga de los sitios web. Exequiel Arriola, director comercial de Kickads, afirma que “el 44% de las personas que tienen un adblocker sostiene que recibirían publicidad si esta fuera menos intrusiva, más relevante y de mejor calidad”.
Datos de la empresa global de medición y análisis de medios comScore indican que el uso de adblockers está concentrado en los jóvenes de 18 a 24 años y va bajando a medida que crece el nivel etario.
“Básicamente, los sitios y las aplicaciones móviles contienen una cantidad tan excesiva de anuncios que terminan siendo irritantes para los usuarios”, señala Alan Levy, CEO de UP Solutions. “Desde la parte técnica hacen que el tiempo de visualización y descarga llegue a quintuplicarse. Esto termina agotando las baterías, la paciencia e incluso la fidelidad de los usuarios”.